FICHA TÉCNICA |
Discográfica: 18 Chulos Records Dep.Legal: M-4050-06 Año: 2006 |
Después del homenaje -inmerecido, claro está– que varias docenas de artistas tuvieron a bien hacerme, me sentí como si me hubieran dado un título, un diploma, un grado, una medalla, de autor de canciones. Decidí que ese título, diploma, etc... fuera el de cinturón negro (de karaoke) para que no se pensara que me lo tomaba en serio. "Cinturón negro de karaoke" se llama el disco que hoy os presento. Contiene once canciones, a saber:
Diente de ajo.
Por fin he hecho una canción protesta. Con aires musicales latinos
menciona cosas que me disgustan y otras que me gustan y protesto por todas ellas.
Peleas y Melisanda.
Trata sobre el pensamiento único –lo único en que yo pienso– y se
enreda sobre sí misma como las relaciones agridulces de la pareja que
se describe. Nada que ver con "Peleas y Melisanda".
Eros y civilización.
Como decía Marcuse parafraseando a Freud, "no es lo mismo ocho que ochenta".
Por eso cuando Eros quiere ochenta y se tiene que contentar con ocho se queda
algo insatisfecho.
Los setentaydós puntos restantes se los queda el Estado, la Iglesia,
la Familia, el Sindicato, el Municipio, la Economía, el Miedo, en fin,
la Civilización, para poder seguir estando a Nuestro servicio. Vale.
La taberna.
La taberna está muy mitificada, véase en Platón. En realidad las tabernas
están llenas de gente sencilla que lo que quieren es beber y contar chismes.
El misionero.
Romántica historia de un amor agonizante –mala suerte- que deberá encarnarse
en un nuevo sujeto joven y fuerte, para prolongarse en el tiempo y así
continuar rozando las pieles humanas.
Kriptonita.
Canción sobre la decadencia, física sobre todo, de mis músicos. La canto en
primera persona para darle verosimilitud. Ah, el paso del tiempo,
cuánto daño ha hecho.
No todo va a ser follar.
Después de escribir "Kriptonita" me quedé un tanto melancólico.
Necesitaba una canción de autoayuda y nadie mejor para autoayudarme
que yo mismo que me dedico a esto. Se
proponen actividades diversas y estúpidas con las que se consigue
que pasen las horas cuando nos falta lo principal.
Vinagre.
Me preguntó mi mujer que si yo era autónomo. Le contesté que, bueno,
sí, todo lo que puedo. Me dijo que entonces me quedarían unos
cuatrocientoscincuenta euros de pensión.
Le pregunté a esa sádica que si ella me los suplementaría cada mes
para que a mí no me faltara de nada por escasez de dinero. Dijo que
no. "Por autónomo", añadió. Así que me imaginé a un pobre pensionista.
Treintañera.
Hacia los treinta muchas mujeres empiezan a pensar en tener hijos.
Y, puestas a ello, qué mejor que un hombre excelente en todos los
sentidos para compartirlos. Este cuento de hadas se lo deseo a todas
de corazón. A alguna se le realizó.
Tal como eres.
De más joven hacía canciones para seducirlas. Años más tarde las
seduzco para hacer canciones, para mi voz de amante contante y
sonante. Dura obligación la del cantante letrista.
¡...'amos, anda!
La pensé para niños de entre seis y diez años. Muchos de mis
aficionados tienen hijos de esa edad y les ponen canciones mías
llenas de tacos y groserías. Esta, en cambio, es absolutamente
tolerada para menores y eso los niños lo agradecen.
Ojalá os guste este cinturón!!